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Pero el éxito comercial definitivo del yute viene a
mediados del siglo XIX, cuando, a causa de la guerra de Crimea (1853-1856), escaseó
el cáñamo y se introdujo el yute, apareciendo en el mercado
textil como sucedáneo de aquel. Hasta tal punto crece el mercado de esta
fibra que, desde entonces, el yute está fuertemente ligado a la historia de
la India y, sobre todo, a la historia de Bangladesh, donde es de máxima
importancia económica para los 100 años de enorme producción, repartidos en
los siglos XIX y XX.
Se llamaba la fibra de oro de Bangladesh. Fue
la llegada de las fibras sintéticas, en la década de 1970, lo que
determina el declive de su importancia económica, a pesar de ser el
yute, con mucha ventaja, la fibra vegetal más barata del mundo. En
esos siglos XIX y XX, ingentes cantidades de
yute fueron importadas a Europa por el Reino Unido (mediante la Compañía de Las
Indias Orientales) desde aquella región asiática. Este comercio fue
determinante para el desarrollo de aquellas regiones de India, Pakistán y de
todo Bangladesh. Los sacos de yute, justamente apreciados por su ligereza,
resistencia y durabilidad, envasaron la producción agrícola de toda Europa
durante esos cien años.
Hemos
hablado solamente de la fibra textil del yute, de la fibra formada por la
parte celulosa más la parte lignificada del tallo. Así se usó siempre en la
industria textil. Pero el gran descubrimiento llegó cuando la industria automovilística,
la papelera y la del mueble empezaron a usar el
yute y sus fibras combinadas con otro materiales no textiles: Así intervino
el yute en tejidos técnicos, en compites y en la fabricación de telas no
tejidas. Por consiguiente, el yute
ha cambiado su perspectiva de fibra de sólo textil y encabezando firmemente hacia
su más nueva identidad, es decir fibra de madera. Porque, como fibra del
textil, se suponía que el yute había alcanzado su cima, sin mayor esperanza
de progreso; pero, como fibra de madera, el yute tiene muchos rasgos
prometedores. Ha entrado en varios sectores diversificados dónde las fibras
naturales están volviendo a sustituir a las artificiales y a otras materias
primas vegetales de carencia más costosa. Entre estas
industrias está el papel, productos del celuloide (películas), telas no
tejidas (para los interiores de automóvil y otros usos), compuestos (el
sucedáneo de madera) y geotextiles.
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