Introducción
Los colorantes tintóreos de origen animal fueron
importantes desde la antigüedad, si bien en épocas recientes fueron menos
preciados y cayeron en desuso cuando a la tintura se le exigieron mayores
calidades; por ejemplo en cuanto a solidez. Hoy día, las técnicas de laboratorio
han desarrollado modificaciones importantes en los procesos de tintura textil,
de forma que los tintes naturales han visto mejorar también su rendimiento.
En todo caso, la búsqueda de alternativas a los
cultivos y ganadería tradicionales, algunas administraciones han vuelto la
mirada a recursos de la naturaleza que fueron olvidados durante el desarrollo
industrial y que actualmente están haciéndose rentables. La cría o cultivo de
insectos productores de ciertas sustancias aprovechables están siendo utilizados
para rentabilizar ciertas regiones del mundo que estaban sumidas en la pobreza,
alejadas de la agricultura y ganadería extensivas y alejadas de los grandes
canales y centros de consumo. Y no hablamos sólo de la seda, ni de los varios
productos de la apicultura; hablamos también de los colorantes naturales para la
alimentación y de las ceras, resinas, colorantes y lacas producidas por algunos
insectos.
Una gran ventaja que maneja esta política rural o
forestal alternativa es que se puede llevar a cabo con mano de obra no
especializada y que su inversión no va más allá de explotar recursos naturales
que son recuperables y que están al alcance de la mano. La siguiente ventaja es
que su manufactura o transformación inicial es elemental y no requiere un
trasporte costoso.