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3.1. Las fibras
de este tejido natural
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Estas fibras, que configuran
la materia preponderante de la piel, han sido ampliamente estudiadas, tanto
por su interés en el campo de los curtidos como por su mayor trascendencia
en biología, fisiología y anatomía. Están constituidas
por una proteína llamada colágeno. Esta palabra significa
generador de cola, porque al hervir con agua estas fibras de piel sin curtir
se deshacen, en gran parte, dando lugar a una disolución de cola
o gelatina.
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Colágeno es la proteína
fibrosa que ha sido hallada en todos los organismos multicelulares y es
la más abundante en los mamíferos, donde alcanza un 25% de
su composición. La propiedad distintiva del colágeno es que
forma fibras insolubles que tienen una alta resistencia a la tracción.
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Cuando la piel es desprendida del
animal, sus fibras colagénicas contienen un 60% de agua, la cual
es necesaria para mantener su flexibilidad, pero, con tal cantidad de agua,
entran fácilmente en fermentación. Secándolas se evita
esta fermentación; pero las fibras, y toda la piel, quedan duras,
córneas y frágiles; en resumen, queda un material inútil.
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Con la curtición se provoca
la fijación química de productos que estabilizan el colágeno,
que deja de ser fermentable y queda con tanta o más flexibilidad
que cuando era un tejido vivo.
Podemos decir, por tanto, que una
piel curtida está formada por un entretejido féltrico de
fibras colagénicas estabilizadas químicamente.
Penetrando en las fibras podemos
preguntarnos ahora: siendo la piel un aglomerado de fibras, ¿por
qué tejidos similares obtenidos con fibras sintéticas no
tienen el mismo comportamiento? Con este interrogante hemos afirmado ya
que el comportamiento de las fibras sintéticas no es el mismo que
el de la piel. Esto vamos a intentar explicarlo más adelante, en
un estudio comparativo entre las propiedades de varios tipos de fibras.
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