TECNOLOGÍA DE LA CONFECCIÓN EN PIEL 

PRIMERA PARTE: De la materia prima a la piel transformada

©  EDYM, España 2009

     ISBN 978-84-88615-14-0  DL V-4810-2009

CAPITULO 01
Un tejido vivo 
 
 

3. La textura de la piel 

 

Cada piel curtida tiene la forma característica del animal del que procede, no necesariamente la más conveniente para el confeccionista. La superficie de cada piel está también limitada por el tamaño del animal, lo cual explica por qué el cuero bovino nos proporciona una piel curtida más alargada y con área superior a la del cordero. Actualmente, la mayoría de prendas se elaboran con piel de cordero y, en menor medida, de ternera, de cabra y de cerdo.

Al desprender la piel, el primer corte se hace a lo largo del centro de la barriga. La piel que cubría la espalda y costados del animal ocupa la parte central de la pieza, es decir, el crupón, y los dos costados, o flancos, son de la barriga. 

Las pieles ovinas y porcinas se conservan enteras, mientras que el cuero bovino, al ser bastante más grande, normalmente es dividido por el espinazo en dos partes. En algunos casos los flancos son separados y lo restante de la parte central es comercializado como crupón.

La piel de estos tres tipos de animales tiene la misma estructura básica: consiste en innumerables haces de fibras finas, las cuales se entrelazan no en dos direcciones, como es en el caso de la tela, sino en varias, que son aparentemente desordenadas y, sin embargo, resulta ser el desorden perfecto para un entrelazado indestructible. Ese es el porqué la piel curtida no se deshilacha al cortarla, al contrario que la tela. Aquí no existen los hilos cruzados (trama y urdimbre) característicos de los tejidos mecánicos convencionales, sino un amasijo de fibras entrelazadas al azar en todas direcciones, formando una especie de fieltro. Es la forma que los ingleses llaman non-woven, equivalente a no tejido, en español. Son fibras finas y compactas en la zona de la flor, que se agrandan y se esponjan en la parte interior o corium.

Es este raro tejido fibroso el que proporciona a la piel curtida sus propiedades únicas de flexibilidad y resistencia, su capacidad de ajustarse a formas diferentes y, al doblarse, formar una textura superficial de pliegues finos, dando hermosura estética. Las fibras tienen la cualidad de ser transpirables y así se dice que la piel respira. El aire que se encuentra entre las fibras forma un aislamiento perfecto; así, la piel protege contra el frío y el calor.

 

Lo peculiar de este tejido vivo y, lo que es su cualidad más extraordinaria, la fortaleza y consistencia de su textura es tal que nos permite seccionarla longitudinalmente sin romperla, consiguiendo no una sino varias láminas tejidas; algo que es del todo imposible en cualquier otro tipo de tejido confeccionable, ni siquiera en el fieltro. Naturalmente que esta posibilidad se ha dado con la moderna tecnología que nos ha proporcionado una maquinaria de corte de altísima precisión.

 
Cont. 01/3.1 Las fibras de este tejido natural
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