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B.1. Examen de la prenda
Ninguna prenda de piel es
exactamente igual a otra. En la fabricación de tejidos, las fibras
(naturales o sintéticas), los hilos y el proceso de producción
crean un producto uniforme en cuanto a color, peso, estructura y rendimiento,
pero no es así en la piel. Ésta es una materia natural modificada
por el hombre; de una forma original curvada se produce una lisa. Por ello,
cada pieza será diferente a otras similares y, en consecuencia,
antes de su lavado en seco, cada prenda y accesorio debe ser inspeccionado
experta y detalladamente.
Hay detalles a considerar durante
la inspección que son bastante evidentes: tipo de piel, color y
tono, estado de la superficie, efectos aplicados, número de botones,
grado de suciedad, cantidad y tipo de manchas, y los daños físicos,
como bordes despegados, cortes y desgarros.
En esta fase del proceso debe medirse
también la prenda, para tener la seguridad de que su tamaño
y forma no han variado con el lavado. Debe medirse el largo total, el largo
de la manga, la cintura, etc.
Otros detalles a inspeccionar no
son tan evidentes y, lógicamente, requieren una vista experimentada
y conocimientos sobre el resultado del proceso del lavado en seco.
En términos generales, la
inspección se realiza en tres fases separadas:
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Valoración general de la prenda,
su estilo y condición.
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Indicios objetivos de defectos intrínsecos
en la piel original, en su fabricación o confección.
La piel es una sustancia natural que
manifestará daños y defectos causados en su estado natural.
Éstos incluyen cicatrices causadas por parásitos, insectos,
inyecciones o heridas; flojedad de estructura en ciertas zonas debido al
frote o relajación, según el estilo de vida del animal y
su manejo; variaciones de espesor (peso); zonas carnosas; diferencias de
estructura del pelillo (sobre todo en serrajes), causadas por diferencias
de estructura en la piel.
Pueden incluir daños provocados
durante la fabricación: daños debidos al cuchillo (defecto
del desuello); teñido no uniforme y/o falta de penetración
del colorante; manchas (sobre todo a causa del planchado) y flor rota;
estirones y áreas débiles; polvos de afelpado sueltos, causando
el descolorido de las entretelas. |