TECNOLOGÍA DE LA CONFECCIÓN TEXTIL

 (C) EDYM, España, 2007 - (C) Maria de Perinat, 1997

ISBN 978-84-88615-10-7

ISBN 84-88615-10-8

Depósito Legal V-4811-2009

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Segunda Parte
El proceso industrial textil, de la materia prima a los acabados de las telas
 
Capítulo 8

Fundamentos de la Teoría del Color

La luz. El color. Morfología y fisiología del proceso visual 

 
 
1. La luz. 2. El color.  2.1 La refracción del espectro visible. 2.2. El color es una impresión sensorial. 3. Morfología y fisiología del proceso visual. 3.1  Estructura de la retina. 3.2 Biofísica y química de la visión. 4. Los colores primarios. 5. Defectos del órgano de la vista. 6. Sicología de la percepción cromática. 6.1 Razones objetivas. 6.2 Razones subjetivas.
 
 
Iniciar el estudio del color en el textil es dar el paso decisivo para emprender el camino de la creatividad en esta industria y en esta profesión. La materia prima que hemos venido considerando va a ser tomada en nuestras manos para sentirla, percibir en ella las cualidades que buscamos en orden al fin que perseguimos y modelarla hacia ese destino que otras personas o nosotros mismos tenemos reservado para ella: la indumentaria, vestirnos, adornarnos, transformarnos.
1. La luz

Es una energía vibratoria de naturaleza electromagnética.

La historia del conocimiento de la luz es sumamente interesante, por controvertida, en particular desde que Isaac Newton formuló (año 1670) su teoría corpuscular y con su omnímodo poder de influencia, desde la Academia de Ciencias de Londres, la impuso a sus seguidores y se mantuvo durante más de un siglo. Para Newton, la luz era un chorro de partículas emanadas de una fuente (la fuente de luz) y que introducidas en el ojo producían la sensación visual. Huygens y Hook, contemporáneos de Newton, formularon otra teoría, la ondulatoria, pero fue acallada en su momento. Tuvo que llegar el Siglo XIX y, acumuladas muchas pruebas contra la teoría de Newton, Thomas Young replanteó la teoría ondulatoria con experimentos suyos, continuados por Agustín Fresnel, que añadió razonamientos matemáticos, para 1830 la antigua teoría de Huygens era plenamente aceptada: La luz es una energía ondulatoria. Con ello se explican las propiedades fundamentales de la luz conocidas hasta ese momento. 

En 1860 Maxwell publica su teoría según la cual las ondas de la luz son de naturaleza electromagnética.

En 1887 Hertz confirma la teoría de Maxwell produciendo y detectando dichas ondas electromagnéticas en el laboratorio. Las propiedades y las leyes de la luz quedan explicadas y demostradas; pero en ese momento surgen otras cuestiones, como "el fenómeno fotoeléctrico" descubierto por Hertz, que hacía temer que Newton tenía su parte de razón. Finalmente el sabio de los sabios, Albert Einstein, refunde en 1905 todas las teorías antiguas (ya los griegos formularon leyes sobre la reflexión y refracción de la luz), modernas y contemporáneas a él, volviendo a la teoría corpuscular además de la ondulatoria. Sentados los inicios de la teoría cuántica de la luz, ésta queda aceptada desde los años 20 del pasado siglo. Hoy día, la física nuclear exige un nivel de conocimientos tan elevado que avanzar en el razonamiento sobre esta cuestión queda fuera de nuestro alcance y reservado a aquellos prestigiosos científicos, que, quizás en un futuro próximo, nos lo harán comprender.

Para los tiempos actuales, antes de finalizar la primera década de siglo XXI, ya es indispensable tomar en consideración las nuevas y revolucionarias teorías científicas acerca de la percepción de la luz y del color por el ser humano. En este tema que nos ocupa aquí, como en casi todos los campos de nuestro conocimiento, es de vital importancia lo que las tecnologías digitales están aportando a nuestro modo de saber, de aprender y de investigar. Particularmente lo que se viene denominado como Informática Social, dentro de la Ingeniería Informática, nos está dando qué pensar acerca de la capacidad "científica" de nuestro cerebro, acerca de su extraordinario poder de almacenar y fijar memoria, de procesar ingentes cantidades de datos, acerca de la rapidez con que hace este proceso y, sobre todo, acerca de la capacidad de síntesis, que es, en definitiva, lo que en verdad nos hace inteligentes. Los investigadores en Informática Social nos están diciendo que nuestros sentidos son efectivamente importantes captores de información acerca de cuanto nos rodea, pero que esa cantidad de información es bastante menor de lo creído históricamente; dicho de otro modo, lo que sabemos por los sentidos es mucho menos de lo que en realidad sabemos acerca de cuanto vemos, oímos, olemos, gustamos y palpamos.

La Informática Social y los estudios sobre el ADN y el genoma avanzan en paralelo o conjuntamente, de forma que nos acercamos ya a la comprensión de cómo es y en qué consiste la memoria histórica de nuestro cerebro, a una idea más cierta de lo que es el saber humano, sin que siquiera se pueda imaginar un horizonte o un límite a este saber. Pero lo que ya se da por sentado es que eso que hemos llamado nuestra percepción sensorial es sólo en una pequeña parte nuestra percepción mediante los sentidos, y que es nuestro cerebro el principal y decisivo autor del producto cognoscitivo sensorial.

La gran teoría de la luz y del color que cada persona tenemos elaborada en la experiencia de cada día, en toda nuestra vida, y probablemente en nuestras vidas anteriores (heredadas en el ADN con que venimos al mundo), es esencialmente un producto cerebral humano. Lo que nuestros ojos entregan a nuestro cerebro es mucho menos de lo que en nosotros hay almacenado como conocimiento visual. No vivimos sólo con una percepción biofísica y bioquímica del color; es mucho más; es un vasto conjunto de sensaciones e ideas muy elaboradas lo que conforma nuestra final percepción de luz y color; es una cultura humana del color. No estamos obviado el estudio de la Física de la Luz y el Color, tema de este capítulo. No estamos apartándonos del estudio de la naturaleza de los colores. Lo que estamos apuntado es en relación, precisamente, a la importancia del componente social que existe en nuestra percepción del color. Esto es de suma importancia en la teoría social de la moda, amplio tema este que sí es materia de nuestro estudio, como diseñadores de producto de moda e indumentaria. 

Comúnmente llamamos luz al espectro visible de radiaciones electromagnéticas, que tienen una longitud de onda comprendida entre 4 y 7 x 10-7 metros. Por extensión, luz se llama también a las franjas de radiaciones fronteras a ésta, con longitudes de onda superiores e inferiores, infrarrojo y ultravioleta. Ese espectro visible para el ojo humano está situado entre las frecuencias de 1015 y 1014 Hz. 

 

Espectro visibile incluyendo todos los colores perceptibles por el ojo humano. Imagen de Wikimedia Commons - Tatoute and Phrood.
 
Capítulo 8 / 2.1 La refracción del espectro visible

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