TECNOLOGÍA DE LA CONFECCIÓN EN PIEL 

PRIMERA PARTE: De la materia prima a la piel transformada

©  EDYM, España 2009

     ISBN 978-84-88615-14-0  DL V-4810-2009

 

CAPITULO 5
Artículos producidos por las tenerías

 

PRIMERA PARTE: Introducción. 1. El pergamino. 2. La gamuza. 3. La napa: napa pigmentada, napa anilina, napa pura anilina. 4. El ante. 4.1 Afelpados por flor: moca y nobuc. 4.2 Afelpados por el lado carne. 4.3 El serraje. 4.4 El ante de camisería. 4.5 El ante de porcino. 5. El doble faz. 5.1. La cara de lana en el doble faz. A) Lavado, estiramiento y corte. B) Tintado. 5.2. El napalán. 6. Los tannés y la guantería. 7. La piel para el calzado. 8. La piel para tapicería. 9. La piel para confección. 10. La piel para automoción. 11. La peletería.

 
5. El doble faz
La depurada artesanía y le tecnología moderna han convertido en un prodigio aquello que fue la más antigua costumbre de utilizar la piel para el abrigo. El diseñador y el confeccionista moderno de peletería sienten una especial reverencia por aquellos primitivos cazadores que despojaban a la res de su piel lanar y, con un curtido arcaico, la convertían en su propia vestimenta y abrigo contra los duros climas de la antigüedad cuaternaria. El largo paso de la historia, el sinnúmero de curtidores y técnicos peleteros y la sabiduría de los criadores de ganado nos entregan hoy un producto acabado en piel con lana al que podríamos considerar como la perla negra de la peletería, el mutón, obtenido con la piel del cordero merino, ovino de procedencia netamente española. No haríamos esta referencia histórica sino fuera por el afecto que muchos diseñadores sentimos por el mutón, una de las pieles más hermosas que existen en la confección de piel; y ponemos el mutón como ejemplo e introducción a la piel doble faz: piel lanar curtida y acabada con afelpado por el lado carne, que lleva su lana corta original sobre el lado flor.
 

Una vez hecha esta introducción, es necesario hacer una salvedad o precisión respecto al doble faz
Los acabados doble faz son el punto de curtimbre donde convergen los productos de piel sin pelo, que vulgarmente llaman cuero , y la piel con pelo, que viene a llamarse propiamente peletería.

Establecido este principio básico, la línea divisoria entre ambos géneros queda como sigue:

A) Cuero: La piel doble faz que lleva acabado en vista sobre el lado carne queda dentro del género cuero. Para estos productos se utiliza la piel lanar.

B) La piel doble faz que lleva acabado sobre el lado carne, pero no en vista sino para confeccionar con forro, pertenece al género de piel con pelo o peletería.

 

Para estos productos se utilizan tanto la piel lanar como otras pieles de pelo; en la alta peletería, el visón, marmota, zorro, etc.

Resumiendo

La piel para doble faz es siempre piel sin deslanar en rivera y con acabados en ambas caras.

Si en el proceso de curtimbre es necesario someter la materia prima a una rigurosa selección para obtener las calidades de cuero que necesitamos, para el caso del doble faz, tales cuidados deberán ser, como mínimo, duplicados.

El doble faz se utiliza para la confección de prendas de abrigo, que llevan el afelpado al exterior y el lado lana al interior. Así resulta una sola capa de abrigo que actúa como gran aislante térmico.

En la curtimbre se ha eliminado de la piel su alto contenido graso, sin afectar a su consistencia estructural, haciéndola más flexible y también eliminando gran cantidad de su peso; de esta manera se consigue que las prendas de doble faz sean muy ligeras, muy agradables de vestir, aunque de gran abrigo y resistencia al uso.

 

5.1. La cara de lana en el doble faz.
Recuérdese que la fibra de lana es rugosa y, además, que cuanto más rugosa es resulta de mayor calidad textil. Pero en peletería, donde la lana no tendrá fines textiles, la calidad lanar de la piel depende de su finura y de su abundancia; es decir, necesitamos una piel con lana tupida y fina. Cada fibra de lana de cordero tiene un grosor que varía entre 15 y 150 micras. La longitud tiene que ver con la calidad lanar del animal y con su edad. Para el doble faz se utilizan pieles de corderos jóvenes.

Veamos el procedimiento a seguir para convertir una piel lanar en piel doble faz. 

A) Lavado, estiramiento y corte.

El primer trabajo a realizar sobre esta cara de la piel es la limpieza, lavado y secado. Pero si en su estado natural la lana del cordero es rugosa, esta característica se acentúa aún más cuando se humedece y, además, las fibras rozan entre sí. Después de este primer tratamiento, la lana está aún más rizada, más aborregada. Una aplicación térmica de secado se acompaña de un estiramiento biomecánico, dejando las fibras de lana rectas y con notable incremento de brillo, que el recubrimiento graso natural estaba ocultando. Inmediatamente después se le aplica un corte superficial que deja las fibras con una longitud uniforme, consiguiendo ese alisamiento de la capa lanar que le es carcaterístico.

B) Tintado.

En el doble faz, la cara carne se tinta en una operación separada del tintado por lado lana. Ahora es el momento de tintar la lana con el color deseado.

5.2. El napalán.

Es la piel doble faz que lleva sobre el afelpado de lado carne varias capas aerográficas de resinas o productos similares de acabado. Estas capas se planchan en caliente, consiguiendo una superficie lisa muy similar a la que tendría la piel por el lado flor.

 

6. Los tannés y la guantería

 

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